El Esmaltado

Si alguna vez te has preguntado cómo las tazas de cerámica obtienen esos colores brillantes y su acabado vidriado, la respuesta es: la magia del esmaltado.

El esmalte no es pintura. Es una mezcla de minerales y óxidos suspendidos en agua que se aplica a la pieza después de la primera horneada. Lo más curioso es que, antes de ir al horno, los esmaltes suelen tener colores muy diferentes, apagados y opacos.

La verdadera transformación ocurre a más de 1000°C. El calor del horno provoca una reacción química que funde los minerales, creando esa capa de vidrio duradera y brillante.

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