Aunque el torno es icónico, muchas de las piezas de cerámica más hermosas y orgánicas se crean utilizando solo las manos. El modelado manual nos permite una conexión diferente con la arcilla, más lenta y meditativa.
Dos de las técnicas más antiguas y fundamentales son el pellizco y los churros. La técnica del pellizco (o «pinch pot») es la más simple: comienzas con una bola de arcilla y vas presionando las paredes desde el centro. La técnica de churros (o «coiling») implica enrollar tiras largas de arcilla y apilarlas para construir piezas más grandes.


